traductor para el blog blogger web

sábado, 18 de junio de 2011

Cinco (cuento)

 
Poster oficial de la pelicula "destino final 5"

Despertar.

Entre sabanas de seda sus cuerpos se retorcían llevados por el deseo contenido durante la noche. Somnolientos, aun dormidos, reaccionaban instintivamente ante el roce de la piel. Entre besos y caricias sus ojos se abrían lentamente reaccionando con hastío a la tenue luz que los bañaba.
Luego de varios interminables minutos de amor la pareja se puso de pie y emprendió el día dentro de la embarcación espacial  U. S. Géminis.
El capitán Carlos García y su mujer, Elena, comandaban una pequeña tripulación de transporte de valores. Estaban en esta tripulación la piloto Iara Cardozo, el medico John Sean y Peter Carlson, quien hacia de mecánico y jefe de seguridad.
Habían partido de una pequeña colonia terrícola en las afueras del sistema solar y en esta misión debían llevar unas muestras de material desconocido encontradas en las tierras que rodeaban la novel colonia.

Conteo.
Carlos y Elena estaban juntos hacia varios años y se casarían luego de terminar este viaje; tendrían hijos y se retirarían a las colonias marcianas a cultivar flores en los campos rojos.
Iara era una piloto experimentada aunque muy joven y hermosa, tendrá un gran futuro cuando la llamen de las fuerzas aeroespaciales unidas para defender la tierra de los ataques de las civilizaciones Enterras. Los Enterras viven en una dimensión paralela a la nuestra, durante un par de siglos han intentado conquistar el planeta Tierra sin demasiado éxito, nadie de esta dimensión conoce a ciencia cierta como es “el otro lado”; lo cierto es que todos aquellos que fueron genéticamente concebidos para la guerra son llamados luego de cumplir determinado tiempo en la vida civil. Pronto llegara el turno de Iara.
Peter es un militar retirado que cumplió servicio como mecánico en la batalla de los mares helados de Plutón, fue dado de baja deshonrosa cuando su fraude con las muestras de orina lo dejaron en evidencia mostrando que el no es un nacido dentro del programa de modificados genéticos.
John es el mayor del grupo sus conocimientos en medicina molecular así como en manejo de maquinaria de carga lo hacían ideal para el puesto. Versátil, inteligente introvertido, todo un bicho raro al que le encantan las disecciones de animales y los cuchillos en general.

Paz.
La U. S. Géminis  es una pequeña nave de carga con poca capacidad propia y gran fuerza de arrastre lo que la hace rápida en condiciones adversas ya sea por ataques piratas, Enterros o calamares galácticos (criaturas de energía que flotan en el espacio impulsados por tentáculos de plasma con la capacidad de absorber los rayos cósmicos que son su fuente de poder). La carga actual consistía en algunos cientos de tubos con algunos miles de kilos de material de laboratorio, nada que llamara la atención de piratas o vida pensante alguna. Pero si hay algo peligroso en el espacio son los imprevistos. Los vientos solares pueden destrozar una nave poco preparada en un abrir y cerrar de ojos y las lluvias de meteoritos despedazarían los mejores escudos de las mejores naves, todo esto si el piloto no tiene la suficiente experiencia en estos terrenos mortales. A Iara no se le movía un pelo, mientras Elena no podía despegar los ojos del sonar y Carlos sudaba frío, el doctor se agarraba de lo que tenia mas a mano para no perder el equilibrio y Peter corría de un lado a otro en el cuarto de maquinas intentando detener la fuga de gas de las tuberías golpeadas por los meteoritos que chocaban contra la nave.

Recuento.
Como salida de la nada la nube de piedras envolvió la embarcación espacial. Iara llevaba con gran maestría los comandos pero era tal la cantidad de roca que flotaba en aquella nube que fue imposible incluso para alguien con sus cualidades innatas poder evitar que las piedras golpearan el casco y penetraran hasta el corazón mismo de la nave poniendo su estructura en peligro.
Se activaron entonces los equipos de supervivencia espacial la tripulación se preparo entonces para pasar un tiempo con gravedad cero y sin aire protegidos en la cámara de salvamento. Esta era un área especialmente acondicionada para estas situaciones, equipada con alimento suficiente para pasar varios días, también contaba con un suplemento de energía para poder comunicarse con el exterior y así pedir ayuda y para no morir congelados tenían los trajes espaciales para toda la tripulación entraron todos corriendo a la sala, dejando el piloto automático en la sala de mando, sellaron la puerta y procedieron a colocarse los trajes. Carlos, Elena, Iara, Peter y John quedaron helados al darse cuenta que en el cubil que contenía los trajes de supervivencia habían solo 4 trajes espaciales. 4 trajes para 5 viajeros. Alguien había cometido un terrible error.  Comenzaron a discutir, nadie recordaba haber cargado los trajes, todos le echaban culpas a todos. Cuando ya no tenían ganas sobre ese punto de discusión comenzó una ruleta rusa de miradas. ¿Quien quedaría sin traje? ¿Quien se arriesgaría a una muerte segura en el inhóspito momento que se les acercaba? ¿Quien era precindible?

Caos.
Todos se miraban, como en un duelo entre vaqueros alguien debía hacer la primera movida o mordería el polvo delante de sus enemigos, porque los compañeros de trabajo, los amigos de muchas aventuras ahora eran eso, enemigos tratando de sobrevivir. No había salida alguien debía ser sacrificado por el bien de los demás. El capitán tomo unas pajillas de la alacena, las corto en varios tamaños diferentes y sin decir nada las escondió en su mano y extendió el brazo. Peter dijo- “el mas corto queda fuera”- todos asintieron con sudor helado recorriendo sus frentes cada uno de los cinco tomo una de las pajillas. John fue el último y sin mostrarle a sus compañeros el tamaño de la pajilla que le había tocado en suerte de un giro blandió un cuchillo que tenia entre sus ropas. En el movimiento degolló a Iara, que cayo pesadamente frente al estupor de todos los restantes. Con los ojos desorbitados y una expresión facial al borde de la locura el doctor dijo-“ahora somos 4”- Elena se coloco detrás de su futuro esposo quien intentaba tranquilizar al medico que estaba sin dudas ahogado por el pánico- “¿Peter? Escúchame no importa lo que hiciste. Esta todo bien, solo no lastimes a nadie más. No empeores todo. Fue un error, no pusiste todos los trajes. Pero esa no es razón para que todos terminemos nuestros días en esta lata de sardinas.”-
Sin bajar el amenazante cuchillo Peter se dirigió al capitán- “no se de que estas hablando. Solo había tomado la pajilla mas corta y reaccione. Me venció el miedo de morir de frío y que todos me miraran, sin poder hacer nada mientras esto sucedía. Pero no tengo nada que ver con los 4 trajes, pero se quien tiene que ver.”-
Mientras el capitán tenia la atención de Peter, John lo toma por la espalda trenzándose en una lucha que deja a John muy mal herido y a Peter muerto, con el cuello roto.

Revelación.
Iara y Peter están muertos y ellos no estaban a cargo de los trajes entonces uno de los tres que quedan lo estaba. El capitán confía en su esposa así que no duda ni por un segundo de que fue John quien cometió el mortal error. –“no tenias que matarlo. El sabia quien fue el que dejo 4 y no 5 trajes y lo mataste antes de poder hablar”- inquirió el capitán, amenazante contra John. Estaba herido pero no iba a quedarse tan tranquilo escuchando como el Carlos lo culpaba de haber intentado cubrir su error con un crimen camuflado de salvamento. Se incorporo y arremetió contra el capitán, este disparo un puñetazo que destrozo la nariz del mecánico y lo lanzo al otro lado de la habitación, no sin antes dejar el cuchillo de Peter en el estomago del capitán. John tenia el tabique nasal incrustado en el cerebro, tenia pocos segundos para decir unas palabras antes de morir –“fue Elena”- dijo. De rodillas, abrazada a su prometido que la miraba extrañado, con los ojos llenos de lagrimas, gritaba-“mientes, no fui yo, no pude haber sido yo”-.

5, 4, 3, 2, 1.
Carlos queda congelado cuando ve lo que se le presenta frente a sus ojos. Elena, su prometida, su mujer, la que compartió con el cada noche desde hace ya mas de 3 años, comenzaba una mutación macabra. Sus redondos y celestes ojos se volvieron pardos, redondos y saltones. Mientras se rasgaba la piel de su espada salían unas púas verdes. Las piernas se le deformaban doblando el tamaño de la mujer que poco a poco iba perdiendo todos sus rasgos femeninos, todos sus rasgos humanos. Despojándose finalmente de todo su disfraz y sacudiendo frenéticamente una poderosa cola el reptil de más de dos metros se despacha con un grito ensordecedor. Carlos está aterrado, tendido en el piso, desangrándose con el cuchillo en su vientre, balbuceando- “un camaleón espacial, eres un camaleón espacial.”-
Los camaleones espaciales son criaturas extrañas, capaces de camuflarse en cualquier ambiente y bajo cualquier disfraz; no solo físico puesto que tienen la capacidad de hipnotizar a sus victimas para que crean que el disfraz es tan real que no dudarían ni por un segundo de quien se tratase. Pero esta vez su disfraz fue tan perfecto que se engaño a si mismo. Ahora ya había recuperado su condición de depredador. Con hambre de carne humana devoro a Carlos hasta los huesos, el resto de la tripulación correría la misma suerte y la nave no se detendría hasta llegar a su destino, la Tierra.